La melancolía de los feos - Mario Mendoza

  1. Introducción

► Año de publicación original: 2016
 Género: Novela colombiana, realismo degradado. 
► Temática: Psiquiatría, psicología, existencialista, hiperrealismo urbano.
► Editorial: Planeta, 2016. 
 Páginas: 248
► ISBN 13: 978-958-42-5092-6

La melancolía de los feos. Planeta. Portada


Esta es mi segunda lectura del escritor Mario Mendoza Zambrano, famoso escritor colombiano por su obra "Satanás", escrita en 2002. Este escritor es ampliamente popular en Colombia, especialmente en Bogotá, debido a su temática urbana y las descripciones y referencias explícitas de lugares particulares de la capital del país. 

Este libro me lo prestó un amigo y colega, después de haberme prestado el primer libro que leí del escritor, "Una escalera al cielo". Una colección de cuentos interesante, con muy buenos cuentos como "La revolución", "El enigma", "La prueba", "La fiesta" e "Historia en la habitación 804". 

Si bien este primer libro no me cautivó lo suficiente, "La melancolía de los feos" tuvo un efecto mucho más profundo en mí, ya que se trata de una novela completa, así que puedo apreciar mejor el estilo literario del autor. 

Me fue muy fácil comenzar y encontrarle una cadencia de lectura al libro. Después de las primeras páginas logré un ritmo de lectura que no perdería hasta sus páginas finales. Leí el libro en 3 días. 

El libro me encantó aunque no suelo disfrutar la literatura colombiana tan fervorosamente. Esta vez, el género y las temáticas del libro me cautivaron y definitivamente leería por segunda vez esta obra, aunque la historia es tan directa y simple que me limitaría a re-leer las cartas de Alfonso.

2. Título

El título es fabuloso y atrapante. Uno de los mejores títulos de libros que he leído recientemente. Engloba muy bien la obra y transmite su temática existencialista de manera muy apropiada. 

3. Estructura

La estructura del libro es sencilla y muy apropiada a la obra en sí. Son tres capítulos que demarcan cada una de las cartas de Alfonso, que son el núcleo de la obra.

Los títulos de los capítulos hacen alusiones interesantes a el inicio, el nudo y el desenlace de la historia de una manera muy efectiva. 
  1. El hombre murciélago hace amistad con los insectos
  2. El enmascarado se hunde en el fango
  3. Adiós a ciudad gótica
4. Temática

La temática es muy absorbente y muy personal para cualquier tipo de lector. Es muy gratificante engancharse con la trama del libro desde las primeras hojas. El libro actúa como un espejo, como un mecanismo para reflexionar acerca de sí mismo, de nuestra melancolía, de nuestra fealdad, de nuestra peor versión.

4.1. Mundo/Universo

El mundo creado para este libro me pareció suficiente. Mario no se desgasta en detalles innecesarios, en descripciones detalladas de un salón, de una persona o de una calle. Me encantó el esfuerzo que se hizo para mostrar el contexto de la trama sin ofrecer datos innecesarios o caer en la sobre-descripción, porque su intención es más reflexiva.

5. Trama

La trama no es el fuerte de libro pero es suficiente para darle vida e impulso a las ideas de los protagonistas. No está llena de suspenso, acción y escenas trepidantes, y la historia está reducida a lo fundamental, por lo que es muy directa y lineal. 

Creo que Mario pudo haber escrito más hojas con descripciones más detalladas o más situaciones, pero no en todo libro lo principal es la trama. Este es un ejemplo magnífico de ello. 

La crítica sutil hacia los cuentos de hadas con protagonistas hermosos y privilegiados fue muy satisfactoria para mí y amé la forma en la que introdujo esa crítica. Sin duda, Mario Mendoza es un experto en la marginalidad, por lo que he leído y lo que me han comentado.

Estuve emocionado con las referencias literarias porque invitan a indagar más, si se desea, también le da una capa adicional de disfrute al libro si se conocen las referencias. A mí me pareció majestuosa la referencia a Julio Verne y el capitán Nemo porque "20 mil leguas de viaje submarino" fue el primer libro que me compré, en una feria del libro. Aunque no soy aficionado a literatura sobre viajes -además de las obras de Julio Verne- también disfruté esa dedicación de Mario Mendoza a seducirnos un poco con la literatura que consultó para escribir el libro. 

La última carta de Alfonso es más vertiginosa que el resto, pero estuve fascinado con el apartado donde menciona quiénes van con él, y prácticamente hace una lista. Y esta lista es supremamente necesaria, porque hay que mencionar a todos y cada uno de los que no se suelen mencionar, aunque no puedo decir mucho más por el riesgo de arruinar la lectura a quienes no lo han leído o no han llegado hasta allá. 

Mario Mendoza. Fotografía de Ricardo Pinzón.


6. Personajes

En general, los personajes me parecieron construidos con la profundidad suficiente para los propósitos del libro. Claramente son un poco exagerados y caricaturescos y todos están marcados por cierto nivel de marginalidad o desdicha, pero creo el libro necesita que sean así, para que podamos obligarnos a ver ese tipo de personajes, con el que pocas personas nos conectamos pero que son personajes que existen, y que precisamente son los  olvidados, los que nos negamos a ver porque no son promedio, porque parecen inverosímiles pero están más cerca de nosotros de lo que nos atrevemos a ver. 

Como psicólogo, puedo dar fe de que muchas historias que pueden parecer exageradas y caricaturescas no lo son en absoluto. Y me entristece decirlo, pero conozco historias tanto o más bañadas por la melancolía y la fealdad, marcadas por la contradicción y el sinsentido. 

Los personajes principales tienen un arco y se van transformando conforme se suceden ciertos eventos en sus vidas y esa transformación me pareció valiosa. 

6.1. Protagonistas

Los personajes son muy funcionales en esta obra. Sirven un propósito más grande y no se trata de sus historias particulares sino lo que esas historias nos permiten comprender. 

Me gustaron los personajes y sus nombres, su forma de actuar y pensar y su visión del mundo. 

6.2. Personajes secundarios

El libro tiene el número perfecto de personajes secundarios, y la dedicación a cada uno de ellos también tiene un balance muy apropiado. Son más fáciles de distinguir entre sí que los personajes principales y están en la historia el número de páginas necesarias. 

Un ejemplo de este es el personaje de Inés, que aparece al principio de la historia para hacer una introducción perfecta a la temática del libro.  

7. Final

No me canso de pensar lo difícil que es escribir un final satisfactorio y memorable. Mendoza no lo logra y a algunos les puede parecer precipitado, acelerado y a medias; pero mi lectura del libro me permitió entrever que el final no importa mucho si realmente prestaste atención a las páginas anteriores.

No es un final grandioso pero el libro no lo requiere. 

8. Narrativa, Prosa y Estilo

El estilo de Mario hace que un adolescente pueda fácilmente conectarse a la literatura, le encuentre gusto, la disfrute y se plantee retos para luego abordar literatura más densa, esa que se suele recomendar por su valor literario en las clases de español de bachillerato pero que hacen que leer sea una actividad obligada y terrible. 

En mi experiencia personal puedo citar libros como "Historia del buscón de Quevedo", "Huasipungo", "Doña Bárbara", "El señor presidente", que definitivamente no disfruté como adolescente y que no me engancharon a la lectura. 

Respecto al estilo de Mario Mendoza, puedo mencionar que se trata de una narrativa atrapante y bien cuidada, que invita a leer más, que invita a sumergirse en un libro una tarde de fin de semana, que sutilmente seduce a aprender nuevas palabras y a reflexionar profundamente sobre la cotidianidad y lo que sucede en nuestras vidas pero también en las vidas de personas que no son tan afortunadas como nosotros, que motiva a pensarse críticamente lo que sucede en el mundo sin querer mostrar una erudicción vomitada a través de los soliloquios de los personajes, o como lo expresaba en una reseña anterior, no se percibe la pretensión intelectual derramada en páginas llenas de comentarios agudos, datos, conceptos, teorías y discusiones poco naturales que reflejan su posición de lo que están escribiendo en un intento por parecer brillantes y profundos.

Sin embargo, hay algunos aspectos de su estilo que me generaron ruido, aunque no considero que no sean una falencia terrible en su escritura (lo serían si se repite en todos sus trabajos) : 
  1. En varios pasajes intenta encontrar sinónimos para la misma idea, y aunque lo hace magistralmente, le resta un poco de autenticidad a los personajes. Siento que en algunas ocasiones quería embellecer un poco el discurso, aunque no hacía falta. Algunos sustantivos y adjetivos se quitaban fuerza entre sí, como "el hombre murciélago y el enmascarado", por mencionar ejemplos en el índice del libro. 

  2. En relación a lo anterior, me costó diferenciar los personajes respecto a su forma de hablar, porque tuve la impresión de que eran muy similares entre sí. Si bien entiendo que los personajes principales (y la mayoría de los secundarios) eran personas inteligentes y cultas, esto no implica que se tengan que expresar en el mismo estilo. Si bien la forma de ver el mundo y pensar de los personajes era fácil de diferenciar, en algunos momentos su forma de hablar -o escribir- no tanto. 

  3. Me pareció innecesario que citara literalmente algunos pasajes o diálogos que se dieron en un puñado de páginas anteriores. Creo que en un libro tan bien escrito es innecesario y puede ser redundante. Una sencilla referencia hubiese bastado para retomar la línea de pensamiento o ideas que quería ilustrar. 

  4. Si bien esto es un asunto del personaje como tal y no me parece apropiado juzgar un libro o un escritor por qué tan bien me caigan sus personajes, tuve la impresión de que Alfonso hace demasiado hincapié en su intelectualidad y sus libros, que si bien han sido su salvación y su refugio, en ocasiones pensaba "OK, viejo, ya capté que has leído mucho y que te ufanas de ello".

    Con las primeras veces que lo menciona el mensaje me queda claro y con la forma en la que escribe, me queda aún más claro. Consideré que era un recurso innecesario repetir la idea de los libros, porque no se enriquecía la reflexión sobre los libros, como si sucede con la idea de la fealdad, la melancolía y otras, que va avanzando y se va complejizando en cada página, aunque muchas veces me pareció agobiante que repitiera por enésima vez que Alfonso era deforme y feo, creo que lo capté muy rápido y me pareció tedioso leerlo tantas veces en expresiones distintas. 
8.1. Diálogos

La construcción de los diálogos estuvo bien. Era muy fácil seguir los diálogos, la proporción de diálogos es adecuada y son muy coherentes con cada personaje, aunque no se sienten tan naturales y diferentes entre los personajes.

8.2. Técnica

La técnica fue consistente durante todo el libro y me parece que fue fabulosa. Las transiciones son adecuadas y fluidas. 

8.3. Ritmo

Al final, el ritmo se acelera un poco y las páginas abarcan periodos de tiempo cada vez mayores. A pesar de que no veo esto como una falencia, en varias ocasiones me costó distinguir cuánto tiempo había sucedido entre una escena y otra. Me pareció difícil entender la temporalidad de la novela y eso me desubicó un poco, pero traté de no preocuparme por eso mientras leía.

La melancolía de los feos. Planeta. Contraportada

9. Profundidad

El libro no profundiza en detalles que descuiden la historia principal y es mejor leerlo con una disposición abierta, saboreando cada palabra y cada reflexión, poniéndolas en diálogo con nosotros mismos. No es un libro para deleitarse con crímenes, con historias oscuras y situaciones llamativas, es un libro para sumergirse en la profundidad de un personaje, en sus pensamientos que usualmente sólo dilucidamos a través de sus acciones, es ver la psicología desnuda de los protagonistas en sus propias palabras. 

Para algunos, puede parecer un estudio de caso o un ensayo intelectual de la melancolía y la fealdad. Personalmente, me parece espléndido y creo que Mario Mendoza conoce muy bien el alcance de su proyecto en este libro y se mantiene fiel en cada página. Creo que sabe que a muchos se les antojará demasiado intelectual, reflexivo o profundo, incluso redundante, pero aún así no intenta cambiar el estilo. 

Las referencias culturales, psiquiátricas y literarias me entusiasmaron mucho y las aprecié un montón. 

10. Relevancia

En algunos momentos, sentí que el autor introducía una referencia por el simple hecho de hacerlo. Estas referencias son exquisitas para una persona que vive en Bogotá o la conoce, pero para las personas que no tienen este contexto, son simples detalles que no aportan nada a la trama en general. 



Conclusión

Con esta nueva lectura confirmo mis impresiones del primer libro, Mario posee una prosa sencilla y cotidiana, amena y ágil; aunque no por ello superficial. De nuevo, la lectura fue ligera y entretenida, para leer en unas vacaciones, un par de fines de semana, un viaje largo o mientras se espera en el aeropuerto por un vuelo atrasado. 

Al igual que con "Una escalera al cielo", el libro me deja tres impresiones principales muy agradables: Su melancolía salpicada por el sufrimiento, la bella simplicidad de la cotidianidad y los momentos rutinarios y sencillos que se convierten en significativos sin que tenga que suceder algo extraordinario.

La obra está muy bien escrita y técnicamente no logré identificar aspectos que me incomodaran, más allá de los que mencioné anteriormente. El vocabulario es sencillo pero rico y variado, las ideas son intrigantes y estimulantes. 

En esta línea de ideas, cuando desee explorar un poco más la novela colombiana -en una especie de pausa entre las obras de ciencia ficción-, mis elecciones predilectas sin muchas vacilaciones serán Fernando Soto Aparicio y Mario Mendoza.

Calificación general: 8/10

Temática: 8/10
Mundo/Universo: 8/10
Protagonistas: 8/10
Personajes: 9/10
Diálogos: 8/10
Trama: 7/10
Final: 8/10
Estructura: 10/10
Narrativa, Prosa y Estilo: 9/10
Técnica: 9/10
Ritmo: 9/10
Profundidad: 10/10

La melancolía de los feosLa melancolía de los feos de Mario Mendoza
Mi calificación: 5/5 estrellas

Si persigues una trama llena de suspenso y acción, este no es el libro más adecuado. En este libro encontrarás un ambiente reflexivo, profundamente psicológico y lleno de ideas cautivantes.

El libro permite una lectura ágil y amena, aunque eso no significa que tenga (o deba) leerse rápido. Lo recomiendo a quienes busquen un libro profundo y estimulante intelectualmente y quienes deseen leer algo ligero pero significativo.

Puede atraer mucho a los lectores más jóvenes y a las personas que no suelen leer tanto o tan seguido, así que es un buen comienzo en cualquiera de los dos casos. Si vives en -o conoces- Bogotá, podrás disfrutar de una capa adicional de este libro, pero si es el caso contrario, no te pierdes de nada particular, más que finas referencias. Si estás pasando por un estado de ánimo melancólico, el libro tendrá la oportunidad de hablar contigo de manera íntima.

En ocasiones me fue difícil distinguir la forma de expresarse entre los personajes y en qué periodo de tiempo tenían lugar los sucesos; pero en general el libro me gustó bastante y volveré a leer más adelante las cartas de Alfonso.

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